Privacidad de Google y su relación con los gobiernos del mundo

Por: Kiara Jiménez

Google es más que un buscador de datos. Es una empresa que ofrece múltiples servicios a sus usuarios. De cada proceso que se realiza en la plataforma guarda información. Pero, ¿Cómo lo hace? La empresa va creando un “perfil de usuario” con las informaciones suministradas, entre ellas, la ubicación, el establecimiento y las rutas que los usuarios siguen. Además, almacena datos de las búsquedas y a través de ellas se obtiene información personal.

El contenido informativo que el usuario “cliquea” puede revelar preferencias políticas, ideológicas, sexuales, de edad, étnicas, entre otras. Con todos estos datos personales y confidenciales, Google crea un perfil digital íntimo que en muchas ocasiones el usuario no ha autorizado.

Entre las informaciones que Google identifica, a través de sus aplicaciones, se encuentran:

 

G Suite

Con el calendario se puede saber dónde estará y cuándo.

Google Hangouts

Guarda las conversaciones.

Asistente de Google

Archiva todas las solicitudes.

You Tube

Guarda el historial de búsqueda, de visualizaciones. Con esto se pueden identificar gustos y preferencias de los usuarios.

Google Play

Acopia las búsquedas y la información financiera (tarjetas de créditos, cuentas de banco, entre otras).

Google Android

Se puede identificar la hora que se abre una aplicación desde una tableta, PC o teléfono.

Google Maps

Guarda cada una de las ubicaciones buscadas y los lugares que visita el usuario de forma física. La aplicación “WAZE” también pertenece a Google. Hace una especie de rastreo a través del teléfono.

Gmail

Archiva información sobre cada uno de los correos escritos, entre ellos, los que están en las carpetas de borradores, spam o papelera de reciclaje.

Elaboración: Fuente propia

En tanto que, Google hace un retrato de cada usuario, según su perspectiva. Además, de los buscadores, la empresa utiliza el seguimiento de la dirección IP, la cual es una herramienta muy eficaz, caracterizada por una cadena de números y letras que identifica los dispositivos de los usuarios y cuándo se conectan a Internet. Esto revela la ubicación exacta de los mismos, una información muy valiosa para personalizar los anuncios y propaganda, que son la fuente principal de los ingresos de Google.

Cabe destacar que, las informaciones acopiadas por Google, resultan beneficiosas para cualquier Estado, porque al conocer la ubicación, gustos y preferencias de la audiencia, pueden enviarles mensajes con la finalidad de influir en sus decisiones y en el peor de los casos, manipularlos. Esta es una estrategia que implementan todos los gobiernos del mundo para controlar el poder y enviar propaganda o publicidad segmentada. Aquí radica la importancia de que los Estados tengan a su disposición medios o agencias de comunicación y que puedan masificar sus mensajes a través de las plataformas digitales.  En ese sentido, a finales del siglo XIX, el escritor y político, Edmund Burke, señaló que los medios tradicionales de comunicación son considerados como “el cuarto poder del estado”. Más adelante, a partir del 2003, se empezó a conocer  el término “quinto poder del Estado”, para referirse a las plataformas digitales (por ejemplo, Blogger que pertenece a Google). Entonces, atendiendo a que en la era digital, los medios de comunicación tradicionales han migrado a las plataformas digitales, podemos inferir que Google se ha convertido en una herramienta súper poderosa de influencia y posicionamiento.

Entonces, ¿podría Google compartir o vender información de los usuarios a los gobiernos? 

En 2010, China acusó a Google de ser una herramienta a disposición de los Estados Unidos, asegurando que el buscador de Internet suministra información al servicio de inteligencia de este país. ¿Es esto posible?, aunque Google asegura que no vende información, reconocen que a través de una “solicitud gubernamental de información sobre los usuarios”, están en el deber de cumplir las leyes que permiten proporcionar informaciones a las agencias gubernamentales con fines administrativos, penales, civiles y de seguridad nacional. No obstante, la empresa indica que hace una evaluación cuidadosa antes de suministrar los datos. Y en algunos casos, dependiendo de la demarcación territorial, Google envía una notificación por correo a los usuarios. Debido a que es posible la divulgación de información, China obligó a Google a retirarse del mercado de motores de búsqueda y la empresa alegó restricciones a la libertad de expresión.

Por otra parte, Google insiste en que garantiza la protección y privacidad de los usuarios, mediante la U.S. Electronic Communications Privacy Act (ECPA), una ley que “protege las comunicaciones por cable, orales y electrónicas mientras se realizan, están en tránsito y cuando se almacenan en computadoras. La Ley se aplica al correo electrónico, las conversaciones telefónicas y los datos almacenados electrónicamente” (LEY ECPA, 1986). Sin embargo, dadas las innumerables demandas y acusaciones que ha recibido la empresa Google por filtrar informaciones, es cuestionable si cumple o no con la protección de los derechos de los usuarios y sus datos.

Finalmente, la diplomacia digital y la relación de Google con los gobiernos del mundo requieren una atención cuidadosa y una reflexión crítica. Google es un medio de comunicación que ha tenido un gran y significativo impacto en la forma en que las personas se comunican y se relacionan entre sí. Como medio o plataforma ha facilitado el consumo de datos y la publicidad en línea, sin dejar a un lado, la incidencia de las redes sociales en los usuarios, que incluye un cambio de comportamiento o de percepciones. Además, el ciberespacio ha cambiado la forma en que los Estados interactúan con su audiencia y la manera en que promueven su comunicación oficial. Sin embargo, también hay preocupaciones acerca del manejo de las plataformas digitales como parte de la política exterior, la venta y compra de información digital y la segmentación de datos según sus intereses, ya que esto podría conllevar a la manipulación de la opinión pública y colectiva; violentando de esta manera la protección de los derechos y la privacidad de los usuarios.


Referencias Bibliográficas

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